Presentación de documental "Tras las huellas del acta"


Este viernes 31 de agosto, a las 11:00 a.m., en el marco de los VIERNES DE LA MEMORIA, se proyectará el audiovisual producido por el Archivo de Bogotá, la Universidad Externado de Colombia, el Canal Universitario Nacional ZOOM y VideoBase S.A., que recibió en Argentina el premio a Mejor documental cultural en el marco de la II Muestra Iberoamericana de Programas de Televisión Educativos, Culturales e Infantiles. 

Entrada libre, parqueadero disponible 

Calle 6B 5-76 

Tras las huellas del Acta de Independencia es un documental de 43 minutos que expone los resultados del trabajo realizado por el grupo de investigación Conservación del Patrimonio Cultural de la Universidad Externado de Colombia, la Facultad de Estudios del Patrimonio Cultural, la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas, y la Facultad de Comunicación Social, también de esta Universidad; quienes dedicaron cerca de dos años, entre el 2009 y el 2011, a estudiar las diferentes ediciones del Acta de la Independencia de Colombia. 

El trabajo de investigación fue liderado por un selecto grupo de académicos, quienes a través de su actividad científica aportan permanentemente a la conservación del patrimonio cultural colombiano en diversas áreas. 

Esta investigación nos entrega nuevos datos sobre el contenido del acta y su significado. A través del documental se revelan historias, relatos y personajes que durante casi 200 años permanecieron ocultos y nos permite reinterpretar la importancia de este documento para la historia del país. 

La historia del Acta 

Aunque la llamada Declaración original de la independencia se firmó en el libro de actas del Cabildo, el 20 de julio de 1810, éste desapareció consumido por las llamas durante el incendio de las Galerías Arrubla, en mayo de 1900, en el lugar que ocupa hoy el Palacio Liévano, sede de la Alcaldía Mayor de Bogotá D.C. 

De acuerdo con Ignacio Borda, en su obra El libro de la Patria, publicado en 1894, “era un cuaderno empastado en terciopelo rojo, escrito sobre recio papel azuloso de la época, marcado con el Sello Real de valor de un cuartillo para el bienio de 1810 á 1811”. El cuaderno, según Borda, estuvo extraviado algún tiempo, pero “felizmente el patriota Sr. Dr. D. José Segundo Peña lo recuperó y lo devolvió al Cabildo, donde hoy se encuentra, y se exhibe todos los años el 20 de julio". 

Al parecer, sin embargo, el mismo 20 de julio se hizo un duplicado que se perdió, según relata el historiador Eduardo Posada: 

“Con ese documento se encabezó un cuaderno distinto destinado á las actas de la Junta Suprema, que se instaló dicho día; y ese cuaderno no existía ya en el archivo municipal cuando éste fue destruido por el fuego. Hay, pues, una ligera esperanza de que exista por ahí en algún archivo público o privado ese inmortal documento. Y es él aún más precioso que el ejemplar que se escribió en el cuaderno de actas del Cabildo, pues si en éste no se pusieron sino 38 firmas, en el otro quedaron autógrafas 15 más”. 

Todo esto parece desprenderse de los siguientes datos, al decir de Posada: 

El Sr. Vergara y Vergara dirigió en 1865 un periódico llamado El 20 de julio, órgano de los intereses de la capital, y allí, después de referir la destrucción de una parte del archivo municipal, agrega: “Existen las actas desde 1830 hasta la fecha (1866), y los cuadernos de las actas de la Junta Suprema, o sea Cabildo abierto de 1810 a 1811”. 

Había pues, según Vergara y Vergara, dos cuadernos, y no podía ser el uno de 1810 Y el otro de 1811, como se pudiera creer a primera vista, pues Borda asevera que ambos años estaban en un solo cuaderno. Era sin duda uno de la Junta Suprema y otro del Cabildo, y en ambos parece que se hallaba el Acta; en uno en el medio, pues ya existían algunas Actas; y en el otro al principio, pues con ésta se inauguraba una nueva corporación. 

El Sr. Borda ya no halló este segundo cuaderno en 1894, pues dice en su citado libro: “Cuanto el otro libro que cita Vergara, probablemente en el que estaban consignadas las firmas de los demás campeones que firmaron el Acta a que alude el Sr. Melendro, ese sí parece haberse perdido”. 

El señor Melendro, mencionado por Borda, era el secretario del Cabildo y él puso al pie del acta, después de las 38 firmas estas palabras: “Firmas que faltan en esta Acta y están en el cuaderno de la Suprema Junta, son las siguientes (…)”, y escribió a continuación quince nombres más. Esos quince nombres fueron publicados en el Diario de Cundinamarca el 20 de Julio de 1872. 

Sea como fuere, hacia mediados del siglo XIX el dibujante Simón José Cárdenas hizo un trabajo a pluma del Acta de la Independencia, el cual fue impreso en París por Rafael Uribe. Esta obra artística, a la que él mismo denominó como Acta de la revolución de 1810, fue adornada con los retratos en miniatura de algunos de los próceres firmantes y los autógrafos de todos ellos admirablemente copiados. Entre los retratos figuraron el de José Miguel Pey, Fray Diego Padilla, Joaquín Camacho, Luis E. de Azuola, Camilo Torres, Ignacio Herrera, Frutos J. Gutiérrez y José de Acevedo y Gómez. 

Esta acta fue mandada a litografiar en París por Rafael Duque Uribe y luego reproducida en la casa Víctor Sperling, de Leipzig. Es justamente, a partir de este dibujo, que el Grupo de Investigación de la Universidad Externado de Colombia inició su trabajo de indagación para determinar la historia del documento que dio origen a la República de Colombia. Una de esas copias apareció en perfecto estado de conservación en la llamada Urna Centenaria, cerrada por el Concejo municipal de Bogotá en 1911 y que fue abierta el 20 de julio del 2010, en el Archivo de Bogotá.

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